El camino del Guerrero
es la más arcaica herencia consciente de conocimiento,
es el camino
del despertar de esa "perdida de memoria" de nuestro origen más elevado y sagrado.
CAOR
Finaliza enero con el primer taller intensivo del Camino del Guerrero, el primero de tres talleres que componen la trilogía de los nahuales Felino, Serpiente y Águila. Este ciclo de talleres se llevó a cabo en medio de la naturaleza, aula de clases fundamental y propicia para las exploraciones de nuestro Ser a las que estos talleres nos invitan. Así, cada sábado nos encontramos trabajando en una bella parcela en Peñalolen, justo a la hora en que el sol despuntaba por la cordillera, levantando el fuego y el intento en un reconocimiento personal de este camino de despertarnos a nuestra más original y profunda naturaleza.
El primer taller nos llevo en el paso del Felino, nahual acechante y enérgico. Exploramos por medio de la palabra –conversación consciente-, la acción –disciplinas psicofísicas- y la contemplación; todo el universo de posibilidades que en esta conciencia habita.
El espacio de trabajo, en el compartir grupal y en la naturaleza, nos regaló lucidez y nuevas formas de experimentarnos a nosotros mismos y lo que nos rodea. El trabajo se cierra con un temazcal, disciplina de nuestros ancestros que nos enseña del no hacer, de la no resistencia, del sanar en agua y silencio.

Carlos nos comparte que lo que estamos viviendo es una auto iniciación, un espacio de autoría de nuestro propio camino de despertar y expandir nuestra conciencia. Ésta auto iniciación está presente en cada taller y el nombrarla desde el comienzo atrae a nosotros la posibilidad de que, consciente y atentamente, nos otorguemos la libertad de reconocernos como autores de nuestra existencia, compartiendo el espacio de crecimiento y exploración que se ofrece en los talleres. Somos nuestros propios maestros dispuestos a recibir herramientas y experiencias para despertar… ¿qué sucederá con esas semillas? El germinar y florecer de todo lo visto y descubierto será el devenir que cada uno sostenga en el tiempo y en el trabajo de autoconocimiento que en estos talleres los invitamos a iniciar.
Al cierre de la primera jornada aquellos que participaron del taller se ven contentos, agradecidos y con ojos despiertos de quienes han descubierto un espacio de libertad y energía que buscaban. Se escuchan palabras vivificadas y el fuego del intento se manifiesta vivo en su corazón, nos piden que repitamos la experiencia. Esta respuesta nos invita a sostener el viaje y los invitamos en febrero a seguir explorando la trinidad sagrada de nahuales presente en el Alto Conocimiento Americano.
Febrero se inicia con el viaje de la Serpiente, nahual poderoso y mutable, su energía nos hace recorrer aquello que no queremos mostrar, aquello en lo que se enraíza nuestro ego para ocultarse, potencia de vida que simboliza también nuestra maravillosa conexión vertical con el cosmos, uniéndonos energéticamente con la Tierra y el universo. Esta vez el trabajo se vuelve más silencioso, el espejo de obsidiana que llamamos en este intento es aquel que muestra hasta lo que no queremos ver. Cada práctica se realiza en ese acecho de ser humildes y honestos, el temazcal nos regala su calor y contención materna para terminar nuevamente agradecidos, en luz y en oscuridad, en plena aceptación de que sanar y despertar nuestro Ser es una expansión que no resta ni elije nada, todo lo abarca y agradece.
Cerramos este ciclo de talleres el 12 de febrero con el Linaje de las Águilas, la invitación con la que convocamos esta vez dice: La libertad es el reconocimiento de nuestra esencia, la auto iniciación honra a tu conciencia. Recorrer el camino es la verdadera realización. Este linaje del cielo y del aire nos muestra la expansión del vuelo, la intrepidez de la caza, el descender y el ascender en fluidez y gracia, la corona abierta y la seguridad de ser hijos del sol. La experiencia contemplativa nos deja extáticos, bardos recitadores de poemas y cantaores de la pacha mama… y el Silencio. Sin embargo, reconocemos en ello sólo una de las tantas experiencias y manifestaciones posibles, maravillosas, indescriptibles, dolorosas o placenteras de las que podemos dar cuenta en esta vida, y recordamos siempre atentos y humildes, que el intento está en la libre expansión y el despertar nuestra infinita conciencia.
Cada espacio de trabajo se colma no sólo de las experiencias vividas en este día, para aquellos que estuvimos presentes en toda la trilogía hoy se evidencian nuevos misterios que se manifestarán con el tiempo, con el asentamiento de cada gesto entregado al viento, con la ofrenda que es este intento de acercarnos y compartir la maravillosa originalidad que cada uno es y el misterio de observar cómo se desenvolverá hacia el futuro.
María Consuelo Sanhueza Silva
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