lunes, 7 de marzo de 2011

¿Y qué es Ser Mujer?



En el día de la Mujer, dejo atenta y silenciosa que se desenvuelva ese espacio de conciencia en mi corazón. Habiendo nacido mujer, exploro y recorro ese misterio particular que es encarnar la manifestación femenina del Ser, del Universo todo.

Y escucho la poderosa voz que desde allí resuena diciéndome que en esta experiencia habita, más que la identificación con una forma determinada -hombre o mujer-, la posibilidad del encuentro abierto y generoso con lo que se nos aparece como desconocido, diferente... el Otro. El ser Mujer o ser hombre podría ser en este sueño, el viajar desde una forma al encuentro de la otra, reconociendo el espejismo, disfrutando las diferencias, gozando de lo inesperado cuando abrazamos el misterio de lo que tan sólo nos parece desconocido.


En este ver presiento que el intento de despertar en la mujer su potencia femenina es tan urgente y necesario como  es para el hombre encontrarse de lleno con su verdadera naturaleza. El discurso de un mundo patriarcal, si bien sigue vivo, ya no tiene para que seguir siendo validado y reprendido. Mientras más espacio se le da, mientras más se lucha contra él, más se intensifica su existencia. El feminismo pudiera ser, en su devenir histórico, una muestra de como el acentuar una polaridad no hace más que afinasar su contraparte combatida.

Hoy el devenir de este mundo en que habitamos nos invita a encontrarnos profundamente con aquello que experimentamos como nuestro ser original y allí regocijarnos en las maravillosas y libres manifestaciones que puede adoptar. Sintiendo que en esta mujer que hoy camino habita también mi contraparte y recordando que todos los opuestos se entretejen en esta danza de Vida, honro y celebro este espacio femenino que es nuestra Madre Tierra, Tonanzin, Cuatlicue, Pachamama y cada mujer expresada en este plano de materialidad.

Las palabras de la Abuela Ana Luisa Solis, me regalan el aliento de lo que en este día quiero compartir

"Señora de amor
abuela venada
madrecita tierra
señora del agua
madre de los espejos
comedora de inmundicias
rostro de la tierra
mujer jaguar
mujer águila
mujer serpiente
mujer colibrí
tilma de estrellas
Señora del sustento
Rostro del dador de vida
¡Que nuestro amanecer sea brillante!"



María Consuelo Sanhueza Silva

domingo, 6 de marzo de 2011

El Viaje de los Guerreros

El camino del Guerrero
es la más arcaica herencia consciente de conocimiento,
es el camino      
del despertar de esa "perdida de memoria" de nuestro origen más elevado y sagrado.
CAOR
















Finaliza enero con el primer taller intensivo del Camino del Guerrero, el primero de tres talleres que componen la trilogía de los nahuales Felino, Serpiente y Águila. Este ciclo de talleres se llevó a cabo en medio de la naturaleza, aula de clases fundamental y propicia para las exploraciones de nuestro Ser a las que estos talleres nos invitan. Así, cada sábado nos encontramos trabajando en una bella parcela en Peñalolen, justo a la hora en que el sol despuntaba por la cordillera, levantando el fuego y el intento en un reconocimiento personal de este camino de despertarnos a nuestra más original y profunda naturaleza.


El primer taller nos llevo en el paso del Felino, nahual acechante y enérgico. Exploramos por medio de la palabra –conversación consciente-, la acción –disciplinas psicofísicas- y la contemplación; todo el universo de posibilidades que en esta conciencia habita.
                                                 
El espacio de trabajo, en el compartir grupal y en la naturaleza, nos regaló lucidez y nuevas formas de experimentarnos a nosotros mismos y lo que nos rodea. El trabajo se cierra con un temazcal, disciplina de nuestros ancestros que nos enseña del no hacer, de la no resistencia, del sanar en agua y silencio. 





Carlos nos comparte que lo que estamos viviendo es una auto iniciación, un espacio de autoría de nuestro propio camino de despertar y expandir nuestra conciencia. Ésta auto iniciación está presente en cada taller y el nombrarla desde el comienzo atrae a nosotros la posibilidad de que, consciente y atentamente, nos otorguemos la libertad de reconocernos como autores de nuestra existencia, compartiendo el espacio de crecimiento y exploración que se ofrece en los talleres. Somos nuestros propios maestros dispuestos a recibir herramientas y experiencias para despertar… ¿qué sucederá con esas semillas? El germinar y florecer de todo lo visto y descubierto será el devenir que cada uno sostenga en el tiempo y en el trabajo de autoconocimiento que en estos talleres los invitamos a iniciar.



Al cierre de la primera jornada aquellos que participaron del taller se ven contentos, agradecidos y con ojos despiertos de quienes han descubierto un espacio de libertad y energía que buscaban. Se escuchan palabras vivificadas y el fuego del intento se manifiesta vivo en su corazón, nos piden que repitamos la experiencia. Esta respuesta nos invita a sostener el viaje y los invitamos en febrero a seguir explorando la trinidad sagrada de nahuales presente en el Alto Conocimiento Americano.




Febrero se inicia con el viaje de la Serpiente, nahual poderoso y mutable, su energía nos hace recorrer aquello que no queremos mostrar, aquello en lo que se enraíza nuestro ego para ocultarse, potencia de vida que simboliza también nuestra maravillosa conexión vertical con el cosmos, uniéndonos energéticamente con la Tierra y el universo. Esta vez el trabajo se vuelve más silencioso, el espejo de obsidiana que llamamos en este intento es aquel que muestra hasta lo que no queremos ver. Cada práctica se realiza en ese acecho de ser humildes y honestos, el temazcal nos regala su calor y contención materna para terminar nuevamente agradecidos, en luz y en oscuridad, en plena aceptación de que sanar y despertar nuestro Ser es una expansión que no resta ni elije nada, todo lo abarca y agradece.




Cerramos este ciclo de talleres el 12 de febrero con el Linaje de las Águilas, la invitación con la que convocamos esta vez dice: La libertad es el reconocimiento de nuestra esencia, la auto iniciación honra a tu conciencia. Recorrer el camino es la verdadera realización. Este linaje del cielo y del aire nos muestra la expansión del vuelo, la intrepidez de la caza, el descender y el ascender en fluidez y gracia, la corona abierta y la seguridad de ser hijos del sol. La experiencia contemplativa nos deja extáticos, bardos recitadores de poemas y cantaores de la pacha mama… y el Silencio. Sin embargo, reconocemos en ello sólo una de las tantas experiencias y manifestaciones posibles, maravillosas, indescriptibles, dolorosas o placenteras de las que  podemos dar cuenta en esta vida, y recordamos siempre atentos y humildes, que el intento está en la libre expansión y el despertar nuestra infinita conciencia.
Cada espacio de trabajo se colma no sólo de las experiencias vividas en este día, para aquellos que estuvimos presentes en toda la trilogía hoy se evidencian nuevos misterios que se manifestarán con el tiempo, con el asentamiento de cada gesto entregado al viento, con la ofrenda que es este intento de acercarnos y compartir la maravillosa originalidad que cada uno es y el misterio de observar cómo se desenvolverá hacia el futuro.


                                                                              María Consuelo Sanhueza Silva



miércoles, 2 de marzo de 2011

El Camino de la Conciencia Despierta


Como un desierto amplio y lleno de horizonte se me ofrece esta palabra que busca un compartir y alentar el fuego que se ha venido manifestando en mi y a mi alrededor. La conciencia que se abre paso sanando y atendiendo a lo vivido es dificil de nombrar porque en la experiencia engloba muchos pasos e intentos cotidianos.

Recuerdo como he ido reconociendome en el ir sanado, recuerdo que se remonta a mi infancia y que se liga con mi formación como psicologa y actriz. Miro con atención y descubro que en mi caso sanar ha significado desatar los nudos, esos espacios en donde puedo reconocer mis heridas y luego ir lenta y constantemente hilvanando y tejiendo los hilos sueltos, los cabos perdidos, integrando cada acontecimiento, sentimiento, pensamiento, acción y palabra, como un inmenso telar.

Sanar a sido reconocer que existe un telar y que es un telar inmenso que constituye el universo entero  en su magnifico misterio y extensión. Sanar a sido recordar que en ese telar inmenso esta existencia mía es una parte del tejido allí contenido, entrelazada por muchas hebras a la existencia de otras tantas vidas y momentos.

Recuerdo el telar de mis ancestros mapuches, recuerdo el primero que vi verdaderamente grande, más alto y ancho de lo que imaginaba, como un gigante; recuerdo que ese es un intento, la manifestación de un intento de captar lo eterno, lo infinito. Cuatro puntos cardinales que se unen para sostenernos, las referencias sagradas de verticalidad y horizontalidad; todo ello unido nos permite entender y ponerle palabras a la hondura y profundidad de la experiencia. Tal vez, me soplan, de allí se derivan las cuentas del tiempo, para no caer en la pura hondura del infinito creamos cuentas de hilos, de piedras, de estrellas, de direcciones y en el centro nos ponemos a trabajar para viajar con carreteras de todos tipos las infinitas parcelas del Misterio.

Entonces para sanar, hay que reconocer que soy un ser que quiere reanudar su conexión con todo el misterioso y sagrado devenir de la vida, para que todas las polaridades que nos constituyen bailen integradas y construyan la leyenda que el Espiritu nos sopla cada noche y cada amanecer, como advertencia, como señal, como aseveración y conformidad.

Maria Consuelo Sanhueza Silva

martes, 1 de marzo de 2011

Los Sutras de la Araucanía

Üku engu ta raq deyulngey,
fey ta widëngekey
ta metawe

El polvo de la piedra misteriosa
el oropel de las alta grutas
se mezcla y amalgama
con el lodo y la greda mas baja;
sólo así se puede construir
una vasija sagrada.

Junto con describir una técnica de alfarería, el epigrama aluda a una antigua ceremonia de iniciación guerrera. En ella, un longko, un “gran jefe”, motivado por el enfrentamiento de desafíos trascendentes, subía y buscaba una gruta secreta (kuramalal) donde se aliaba a los poderes superiores de la Naturaleza. 

Para hacerse invulnerable a las heridas de muerte, el guerrero procedía del mismo modo que la alfarera: se introducía bajo la piel un polvo místico extraído de las altas rocas cordilleranas, para así proporcionarse el “pulido y la impermeabilización de la existencia”.

Tal polvo, que se sospecha era un raspado de un fósil prehistórico, pretendía ser una especia de sobre naturaleza que daba el acabado final tanto al cántaro ritual, como al varón valiente. Esta curación ritual para vidriar la greda y la carne, era llamada üku puerta, considerándose el gran “remedio” de la vida, vida que solo se “arreglaba” en esas grutas de oriente trasandino, encontradas luego de un ardua epopeya sembrada de peligro que les iba acumulando méritos. Otro de los afectos de esa casi mística curación era hacer ubicuo el corazón y la multiplicación de su fuerza.

De los materiales más humildes se pueden lograr los mas valiosos resultados si en su confección media la presencia de un minúsculo elemento noble. Porque basta un gramo de oro para elevar la condición de una multiforme masa de barro. Tal es el mejor símil del hombre, esa vasija de lodo y greda que es su cuerpo conteniendo el átomo de oro de su espíritu. Vale decir, el fondo implícito y oculto del epigrama es declarar esta verdad.

Pareciera que entre los extremos de los elementos de un universo hubiera una especie de necesidad interna de buscarse y fundirse en una nueva realidad. Cuando un extremo de la realidad alcanza su cúspide, inicia una especie de vuelta, de retorno a los antiguos orígenes para rescatar de allí nuevas posibilidades de superación, ensayar nuevos arranques evolutivos, probar nuevos caminos de creación y otras alternativas de ser y de progreso. Es decir, cuándo el polvo del oropel de las altas y misteriosas grutas cordilleranas ya no puede acender mas, desciende para amalgamarse con la abundancia de la greda común para así darle una oportunidad a ésta de acceder a una condición nueva, a un plano de realidad jamás soñado: la inédita condición del barro de ser vasija sagrada. En los límites, los elementos se buscan, se tocan y se funden. Sin esta coexistencia y esta mezcla, se detendría la variedad singular del proceso creativo del universo.


Cabe también en este simbólico texto una interpretación más figurada, ligada a la esfera del proceso de superación personal de un hombre. Así, el lodo y la grada más baja vienen a representar la parte obscura y errónea de su conducta, el mundo de los efectos, las áreas sin pulir ni acabar, los errores y partidas en falso de la psiquis. Y la abundancia de ellos constituyen el material base para lograr una perla, una vasija refinada y pulida. Si no hay defectos, no hay trabajo ni materia prima para la posibilidad de acceder a alguna perfección mayor: sólo quién hurga al fondo de su propio lodo podrá encontrar el oro de su Yo profundo.


del YERPUN al Libro Sagrado de la Tierra del Sur por Ziley Mora Penroz.

Semilla de Guerreros


PRIMER MOVIMIENTO

“RECORDAR QUE PODEMOS RECORDAR”

En algún momento, de este camino espiritual llamado Vida, y en esta experiencia común llamada Ser Humano, nos empezaron a formar, a dar forma... un paso necesario se comenzó a cuajar: sintonizar nuestra percepción primaria y natal con el acuerdo del mundo. Los factores orientativos de nuestros padres se mezclan con los de la sociedad humana y nos crean la simiente de una personalidad que producto de nuestro énfasis constante termina por definirnos.

La magia del evento de compartir un mundo común en nuestra percepción es un portento y este portento muy pronto nos atrapa en su cotidiano, manteniéndonos sumergidos en las exigencias de esta sociedad que conocemos.

Los constructos tienen mucha profundidad,  y la luz de nuestro Ser apenas si brilla en algunos. Pues en la intensidad de este orden de la percepción nos fuimos olvidando del Ser esencial y el Camino Espiritual no es más que desaprender, que es algo bien distinto de volver al pasado.

En su entendimiento más nuclear, el camino espiritual no se trata de adoptar otra forma de vida sino de vivir concientemente la vida, con la atención plena de que se está viviendo segundo a segundo. Vivir aceptando y agradeciendo la realidad de que somos un ser que se mira a un espejo y se identifica con su reflejo, este es, el primer recordatorio.

Descargarse de la sensación de saber por un momento y descansar toda la energía invertida en sostener una imagen. Ser capaz de explorar en el ver de un mundo inconmensurable, en la maravilla de lo infinito.

¿Y qué es ser hombre?

La experiencia humana de ser hombre se evidencia en la interacción alquímica con nuestra contraparte: la mujer.

Somos diferentes, sí.

¿Necesitamos definir esa diferencia? ¿Repartirnos el mundo? ¿Para ellas la Luna, para nosotros el Sol? ¿Para ellas los vestidos y para nosotros los pantalones? ¿Para ellas las flores y para nosotros los puños?

Reflexionar conscientemente es reconocer que los símbolos son sólo eso, símbolos. Los hemos definido en base a una conciencia previa, a una intención común de convivencia. Si no nos están ayudando a la armonía, deberíamos dejarlos sin temor a perder.

La verdad, no necesitamos controlar al otro para saber convivir, sino reconocer la diferencia con naturalidad. Pues el camino es esencialmente el mismo para ambos sexos. Lo mas importante sigue estando en si eres capaz de compenetrarte con el sentido pleno del aprendizaje vivo y dejar de buscar tu seguridad en la información o en la demarcación de la diferencia.

Después de años de peregrinar y de aprender, un día, con la bendición de los abuelos dejé de buscar, encontré y me puse a recordar,  y me di cuenta que todo el tiempo busque lo que simplemente era. Y todo esto empezó con un solo, simple y puro gesto en el silencio: me permití recordar, que podía recordar.


Carlos Otero R.

La Sanación a través de las manos.



Curar a través de las manos a sido por miles de años un patrimonio de la humanidad.

La ciencia con toda su impostura ufana no ha podido sustraerse al anhelo humano de contacto y al tremendo poder del sentido milenario de cuidar por el otro. Esta forma de curar se puede haber desarrollado a partir del hecho de que “ese otro”, que es un ser humano tal cual nosotros puede ser capaz de trasmitirnos una experiencia de salud mas cercana a nuestra realidad, a nuestra percepción; esta experiencia de salud no esta diseñada en las lozas blancas de un laboratorio, ni en un estudio de aula, ni menos en un estudio de mercado, esta elaborada en el sentimiento de vida de otra persona; tiene una técnica, un conocimiento, un procedimiento, pero además una carga emotiva y una voluntad enfocada y clara.

No se puede hablar hoy en día de técnicas manuales sin mirar en nuestro origen, en nuestra historia. Aunque existen muchas escuelas modernas desarrolladas estas en los últimos cien años, estas son solo nuevas apreciaciones de elementos nacidos de observaciones y sistematizaciones que tienen una historia mucho más antigua.

Y nunca como ahora se ha perdido tanto las memoria y el respeto por esos orígenes, por lo que nos precedieron, por la herencia de nuestros antepasados. Puede que en mi experiencia personal allá desarrollado mi sistema de trabajo, nutriéndome en el camino de varias escuelas y tratando de formar un todo coherente con este aprendizaje, pero esto es solo mi experiencia y no me equivoco al  decir que soy solamente el resultado de un historia de miles de años que palpitan en mis genes y en cada sinapsis hay un destello de aquellas manos antiguas que sin saber sobre fisiología buscaban “lo malo” en el  cuerpo del enfermo y lo extraían.

Por eso mi primer recordatorio y agradecimiento es para aquellos que me enseñaron, sobre todo para aquellos “ gigantes en la tierra” que me mostraron un camino muy antiguo, ya un poco olvidado entre estos sistemas socio económicos de codicia sin precedentes, es un camino que uno recorre con el corazón, en donde las técnicas de sanación no pueden ir separadas de un esfuerzo personal consistente y disciplinado por corregirse uno la mente, el cuerpo y el espíritu, por ser agradecido y dejar de lado la búsqueda de reconocimiento.

Este camino interminable es individual y colectivo, es un camino que para ser recorrido tiene uno que hacerse guerrero o guerrera por que uno está en constante acecho de sí mismo, una batalla florida que uno enfrenta con la alegría del ser humano que ha sido favorecido con la tarea de saberse bendecido.

Gracias a los que me guían hoy y a los que lo hicieron en el pasado, a los conocidos y a los que viven en el anonimato, a todos los abuelos y ñañas que nos precedieron y que lo resguardaron todo sagrado para los que siguieran, gracias al espíritu de nuestra tierra que nos dio a luz, en este chili de guerreros indomables y de una cultura sin precedentes con una grandeza de conocimiento y sabiduría pocas veces igualada en todo nuestro planeta, estos anales que aun no hemos querido ver dejarían perplejo a nuestra servicial postura hacia lo occidental económico y oriental espiritual, hoy en día y agradecido por lo que aprendí siento que he tenido que recorrer el mundo filosóficamente para madurar y darme cuenta de que el tesoro más grande estaba aquí, en el majestuoso septentrión de este continente y que uno debería hacer un esfuerzo por ser bien llamado mapuche, un verdadero hombre de la tierra,  gracias a ellos por hacerme comprender que salud es conciencia y que la conciencia puede ser acrecentada.

Carlos Otero, Enero del 2005.