miércoles, 12 de septiembre de 2012

TALLER DE SANACION SINERGIA BIODINAMICA, CHILLÁN 2012



Poco a poco, esta enseñanza que porta Carlos Otero va viajando, transmitiéndose de diversas formas, más allá de éstas y transformándose. Los talleres de Sanación Sinergía Biodinámica han sido un  espacio propicio para experimentar y explorar la esencia de la enseñanza vertida en el acto y la relación de sanación.



Esta vez en tren llegamos a Chillán, a compartir un taller de dos días plenos de aprendizajes, sorpresas, milagros y descubrimientos. Milagros sencillos como mirarse los propios miedos y traspasar nuestras creencias, descubrimientos que se vuelven potentes si nos hacemos jardineros de estos develamientos, que pasan rozando nuestro entendimiento.

Quiero empezar agradeciendo a todos los que participamos de este viaje de conocimiento y aprendizaje, de sabiduría compartida en casa de Fernanda y Gonzalo, junto con Carlos: Luis, Marcela, Sebastian, Manuel "Todu beim", Sofía y Matías.




Sin proponerme hacer un relato exhaustivo de lo que fuimos caminando esos días en el sur de Chile, dejo aquí señaladas frases, pequeñas reflexiones que nos sigan invitando a mirar lo allí aprendido. Y para aquellos que no participaron y leen este articulo lo tomen como una invitación a este espacio de aprendizaje que es la sanación, con toda su profundidad, rigurosidad y misterio.

Lo primero que reconocemos al entrar en este espacio de trabajo y reflexión consciente es que la velocidad en la que se produce el conocimiento es muy diferente a la de interiorizar la información. Es el lento destilar del espíritu y la inspiración. De esta manera nos relacionamos con esta enseñanza que es una enseñanza viva, directa,  espontánea, orgánica, flexible y, por lo tanto, va desarrollándose. Eso no quita que contenga información también.



Distinguimos que el espacio de la sanación es diferente al de la curación y la medicina que se relacionan con la enfermedad que van a erradicar. La sanación se relaciona con un estado de transformación más que con la eliminación de la enfermedad y sus síntomas, es una relación consciente con lo que te está pasando... y ahí ocurre la transformación.

Así, el área de trabajo es la conciencia y cómo esta es capaz de afectar y modificar la relación con el otro. En este espacio, yo y el otro, es un organismo unificado, en términos de que estamos en contacto, no hay diferenciación.

Nosotros somos la percepción y conocimiento de las cosas y de las experiencias.
Una relación de sanación comienza cuando se establece ese contacto, aún antes de la aplicación de una técnica.



Reprimir tu propia mente es un circulo vicioso, para poder enfrentar la enseñanza es una propuesta metodológica reflexionar juntos respecto a ciertos conceptos, entonces esa mente que quiere aprender se queda tranquila.

El “darse cuenta” es lo que identificamos como Conciencia.

Preguntas para reflexionar:
¿De qué estamos hablando cuando decimos energía?
¿Cómo sabemos que somos concientes?
¿En qué distinguimos nuestra conciencia?

El proceso mental tiene un límite, ese límite es un abismo, más allá de eso está todo lo demás. Al reconocer ese límite la mente sirve al propósito del aprendizaje. Esto permite que la mente –en tanto que proceso mental de pensamiento- deje de entorpecer otras dinámicas de vida que están fuera de sus dominios.



Esta sanación está en otro dominio que el proceso mental. No será el dialogo mental – o su ausencia- lo que nos de referencia de lo que está sucediendo durante la sanación. Esta sanación se basa en reconocer cuando sucede el evento de la conciencia.

La mente es la maravilla del Universo, es el Misterio. Al estar en contacto con ello de manera abierta y receptiva es lo que nos permite experimentar veneración, asombro, espiritualidad.

La sugestión es el modo en que nos relacionamos con el mundo actualmente (publicidad, educación, etc.)

La práctica es para que algo en mi se revele, para que haya revelación del ser.




Si hay un espacio amplio en la experiencia contemplativa propia, esto va a permitir que en la sanación que das haya un espacio amplio para el otro. Esto no se basa en un estado de conciencia sino en el permitirse un reconocimiento más profundo dentro de tus propias percepciones. No es una atención concentrativa sino abierta y receptiva lo que va permitiendo una profundidad en la percepción.

Esta sanación esta basada en el despliegue de la conciencia. No hay necesidad de engancharse en una idea a priori en este trabajo. Sólo acoger y contemplar constantemente lo que sucede.



La mente de principiante va al encuentro del no saber y se permite compartir con esa experiencia. Aquí es donde surge el asombro.
Sanar es hacer conciencia de que se es consciente.














Mucho del trabajo que hacemos en el taller pasa por un reconocimiento de las manifestaciones perceptivas y sacarlas de la relación “esotérica” que solemos tener con ellas y que nos distancian de la posibilidad de hacernos concientes de nuestra conciencia y de la percepción como nuestro vehiculo de configuración consciente.

Soltamos la necesidad de percibirnos en lo que usualmente somos y allí ocurre sanación, cambio mi relación con lo otro y eso sana.



A la base de toda experiencia esta la Conciencia.
El reconocimiento de la conciencia es un evento que no tiene forma. Por esto, en esta enseñanza el método no produce la experiencia, no es aquello lo que determina el reconocimiento de la conciencia.

En este aliento alzado por la reflexión, la práctica, el silencio y el movimiento, nos quedamos como prendados de lo que se manifieste, de aquello que en cada uno de los que participamos será semilla y germinará en nuestras particularidades y originales formas.



Muchas gracias a todos!!!

Por María Sanhueza Silva
Chillán, 2012.


jueves, 16 de agosto de 2012

Inmersión Contemplativa




Es una práctica contemplativa rigurosa y profunda, que no toma como base una ideología, religión, institución o doctrina. Sino más bien al impulso natural del espíritu humano en su búsqueda de respuestas ante el misterio de la existencia.

Así como la practicamos, se forja en nosotros una capacidad paradójica desde el punto de vista personal. La capacidad para estar con uno mismo, con todo su contenido psico físico, mental emocional, sin tratar de eludirse o agredirse a si mismo.

La Inmersión Contemplativa es un espacio donde penetramos en una práctica intensiva del ser. Más, el ser mismo es una incógnita y lo enfrentamos como tal.

No se trata de visualizar o proponernos de alguna manera sentirnos especiales. Lo que si, hay una propuesta fundamental y esta es: navegar en la capacidad de experimentar el desarrollo espontáneo de nuestras acciones y omisiones internas, yendo cada vez mas profundo. Esa profundidad se puede dar en muchos niveles, no en el sentido de que "se supone que hay cosas que van a suceder primero y otras después", o en el sentido de niveles jerárquicos de la experiencia. Es mas bien una profundidad por lo inconmensurable de lo que se revela al explorador, al practicante.

Esta es una práctica contemplativa de largo aliento. Que forja una valiosa templanza interior, una agudeza de la atención y una rigurosidad en la manera en que nos enfrentamos a nosotros mismos y nos descubrimos en un acto de fiera honestidad ante nuestros propios condicionamientos.

La realizamos en el largo filo de la noche. Penetramos en el momento en que toda nuestra mente cuerpo nos dice que no tiene sentido estar despiertos y atentos. En ese momento y con esta intención se comienzan a desplegar capa tras capa nuestros condicionamientos mas profundos.

Todo aquello que se revela tal cual es en la conciencia, comienza a liberarse de su inercia.

Hay un propósito basal en esta práctica: penetrar en la raíz misma de la percepción, de la atención y la conciencia de ser. Para esto he descartado de plano toda preconcepción sobre lo que uno va a encontrar. Creencias de cualquier tipo, predisposiciones, ideas o necesidades personales son abandonadas en esta práctica.

Vaciar la taza es esencial, tener mente de principiante, porque no importa cuanto creemos que sabemos o si nuestra experiencia es muy acabada. Ante el salto a lo desconocido de nosotros mismos, todos siempre nos estamos iniciando.

Lo fundamental se basa en adquirir el  "espíritu" de la práctica. Osado y desprendido, que confía plenamente en la manifestación de su existencia y osa explorar en ella hasta los más recónditos espacios que esta depare.

En la práctica aceptamos el vivir como un lugar indefinido de tiempo -espacio -experiencia, en donde intuimos la asombrosa conjunción del enorme impacto del saberse existiendo, con la intuición de que esta experiencia -tal como la conocemos- cesará. Nuestra bella fragilidad humana, tan cierta, tan rehusada.

Insistentemente nos ofrecen y buscamos el propósito de evadirnos de la complenitud de esta experiencia tan radical y tan efímera. Disfrazándonos de ideas divinizadas, cósmicas o arquetípicas de nosotros mismos, lumínicas, angelicales e imperecederas. Todo por que no logramos entender, penetrar en la potencia de una exhalación que se desvanece, de una hoja que decolora, de un tiempo que se agota, en fin, de una belleza que no se puede atrapar o controlar.
Nos inculcaron este miedo, no es nuestro.
¿Por que no podemos convivir plenamente con toda nuestra experiencia?
Este es un espacio para descubrirlo, para revelarlo, para despertar.

El camino esta ocurriendo, es la experiencia de la vida misma desde la conciencia de que está sucediendo. Como el agua de un río, se puede mirar su flujo pero no se lo puede detener. Algo asombroso se revela, el misterio del origen y el destino del río parecen asomarse frente a nosotros, y no logro reconocer exactamente donde termina el río y comienzo yo como testigo. Algo en mi también fluye sin cesar, cambia, y no conozco su origen ni su destino. Estoy en paz con esto, me abandono.



¿Soy río y flujo?
Me arremoliné, solo para merger y surgir.
El pez no nada en donde respira, el vuela, el vuela.

Carlos Otero Robledo.
Agosto 2012

domingo, 22 de julio de 2012

Cantos poéticos...




Camino sobre camino,
circunvalo el sol, la galaxia, Sirio y Canopus.
¿Te recuerdas de esas noches en que el cielo estallaba de estrellas, estelas y nubes en la retina de nuestros desvelos sin miedo?
Mire tus ojos y siempre fueron esos,
los que me azoraron con la presencia que era compañía.
Esos que al mirarlos sabía,
aquí hay conciencia, hay viaje, hay un saber.
Encontrarse es leyenda que se cincela en piedra
y se enhiesta en medio de las aguas y los cielos.
Se le lega al humano,
para que sus manos oprimidas por tanto miedo,
se liberen de lo que nunca fue cautivo.

Engaño.
Se resisten todavía en puros estertores,
pero saben, en un fondo arrinconado saben,
entienden sus corazones, sus sonidos los llaman,
los habitan, los tientan con su ser.
Arrójate mi tierno niño,
que esas fauces no envenenan,
eres tu, la primavera y la siembra,
el equinoccio, el dedal, el tiempo y las profecías.
Entrégate pleno para poder estallar como esas colisiones estelares,
que giran y se extrapolan sumidas en el silencio.
Aquiétate fieramente, que tu firmeza es la matriz latente de la vida,
y el vacío la pupila,
por donde mira aquello que se mira.

Extracto de Las Trecemil Oraciones, palabras sobre silencio.
por Carlos Otero Robledo.

sábado, 7 de julio de 2012

El Arte del Aprendiz.


En este caminar no te reconocerás en tus propias pisadas.

El camino se vuelve tu espejo, el viento tu presencia, tu silencio


No podremos expresar la capacidad de nuestra mente, de ser un vehículo de apoyo para transitar por esta experiencia humana, si no nos damos cuenta de la mente que somos ahora.

La honestidad que se necesita para liberar a la propia mente debe ser radical, por que si nuestra mente no se libera, no tiene como revelarse el ser, ni menos la conciencia que es todo.



El engaño mas difícil de superar es el de la individualidad y libertad de las decisiones.



Tenemos una mente caprichosa, acostumbrada a hacer lo que le gusta y a evitar lo que le disgusta. Una mente perfecta para un sistema que crea productos en base a necesidades. Pero una mente traicionera para lo que significa el camino del conocimiento, el aprendizaje espiritual.

Caminar este camino es un morir, no se trata de pequeñas transformaciones en el estilo de vida o en las creencias a las que uno se suscribe. Y mucho menos se trata de una especie de coach, espiritual donde repetimos frases fantásticas de nosotros mismos, una y otra vez, hasta encarnar en la idea de ser seres tan preciosos y radiantes.

El camino se hace derechito hacia ese lugar incómodo donde podemos ver en desnudez nuestros miedos, base de todas las decisiones hasta ahora.



Es un aprendizaje vivo, por que lo sientes estallando en los latidos de tu corazón, es un movimiento que te trasciende como persona, por que estás decidiendo ir hacia donde, toda tu idea de ti mismo, no iría.

Cuando surge esta confianza, de que nada de lo que suceda, está ahí para hacerte daño, entonces aflora realmente la fe sin forma y sin miedo. Se comienza a derrumbar el personaje y lo que emerge, extraño y desconcertante al principio, es una conciencia nuclear, que frente a la pregunta de qué es ella misma, solo encuentra una presencia.


Hay pocos maestros verdaderos hoy, que estén ahí para apoyarte en este camino. Hay muchos profesores e instructores, dispuestos a darte métodos, tácticas, frases para el bronce. Pero los verdaderos te enfrentan desde su silencio y te acompañan desde su presencia. Pueden sacar técnicas de apoyo de abajo de la manga, por que son lo esencial, ellos están en ese lugar y una y otra vez lo visitan, lo exploran y lo reconocen.

Y si pocos son los maestros, imagínense lo escasos que son los aprendices.



Nos han convencido que el conocimiento es información y que la información es poder. Ese es el slogan y la verdad que profesa este sistema, ¿tu lo crees?.

Como me dijo Francisco, un indígena de el norte de América. ¿de donde sacaste que eso es poder?¿quién te lo enseño?...

Espero que ha alguno de ustedes, están palabras los muevan a algo más. Al menos, a que se desdibuje un poco esa línea que parece tan clara donde sientes que sabes lo que estás haciendo.



Por que quiero compartirte, que la mayor cantidad del caminar el sendero del aprendizaje es un no saber, de hecho es la premisa de esa mente, que si puede ser tu aliada hasta el final. Esa mente es la que está dispuesta a sacrificarse por aquello que la trasciende, esta dispuesta ha hacerse sagrada en el fuego de la conciencia.

Carlos Andrés Otero Robledo
Julio 2012

lunes, 28 de mayo de 2012

Taller Intensivo de Laboratorio Energético

"Por mi parte, cuando penetro íntimamente en lo que denomino 'yo mismo', siempre tropiezo con una u otra percepción particular, de calor o de frio, de luz o de sombra, de amor o de odio, de dolor o de placer. Nunca me sorprendo a 'mi mismo' en un momento dado sin una percepción, y nunca puedo observar nada excepto una percepción."
David Hume



Nos reunimos esta vez en Farellones, rodeados de montañas y sostenidos por el sonido del río, un grupo de asiduos practicantes de este laboratorio y otros nuevos; abriéndonos todos al Misterio de este descubrirnos en la mirada penetrante de una pregunta por ese espacio impreciso, intimo y desconocido, que tan cotidianamente llamamos "mi mismo".


Entrar a esta pregunta -a esta especie de viaje- es un ejercido que parece abstracto como la filosofía pura.

Caminar incesante por palabras, pensamientos, ideas que ya tantos otros han esbozado y recorrido, y sí, estamos allí inmersos en un ejercicio reflexivo, recursivo casi, como el perro que intenta morderse la cola dando vueltas sobre "sí mismo". A diferencia del perro, aceptamos de antemano que esa cola es "nuestra" y sospechamos que en medio de todas esas vueltas; en el intento de tomarnos por sorpresa y por completo, vamos dilucidando y develándonos en lo más intimo, en lo que de más esencial tiene el ser humano en su instancia de observación contemplativa.


No deja de sorprendernos este encuentro con el otro desde esta reflexión compartida.
No deja de asombrarnos la relación que se genera cuando uno pregunta y el otro se enciende en su respuesta, se pierde, se cuenta a sí mismo, se recrea otra pregunta que abre puertas insospechadas dentro de sí y hacia afuera.
¿Dónde ocurre todo esto? ¿en nuestra cabeza?¿en nuestra mente?¿en nuestro cuerpo?


La sabiduría es un lazo que se inscribe entre los que se miran frente a frente, con toda la hondura de sus preguntas, de sus vulnerabilidades, de sus sombras, de sus certezas... fueron horas de ponernos en la palabra, en el silencio, para hacernos las preguntas sobre ser humano, la pregunta por el existir... ¿y dónde  ocurre todo esto? ¿en mí mismo? ¿en el otro?



Pero estas preguntas no están colgadas del vacío de nuestras mentes pensantes y reflexivas, no es un juego racional para adentrarnos en ese recursivo laberinto que afirma nuestro ego, que sostiene de una vez y para siempre nuestro sí mismo. Estas preguntas son anzuelos para nuestra percepción toda.



Somos cuerpo, somos respiración, somos mente, somos pregunta que toca el cuerpo y cuerpo que sucede en un tiempo, tiempo que se prefigura en una respiración que esta fuera y dentro de todo lo que nos rodea.



Y entonces este Laboratorio es esa mirada aguzada, severa, insistente y asombrada del científico de "si mismo", de ese buscador que llega al punto del silencio donde cabe la pregunta por su propia existencia... Este Laboratorio Energético es cuerpo, palabra y silencio; lo que somos sucede y nosotros intentamos observar ese suceder, siendo.


Y aparece en ese ser siendo una pregunta, una pregunta sin contornos.
"Lo que digo no es lo que está sucediendo; lo que digo, está sucediendo".

Y así como un koan, esta afirmación nos lleva al abismo del pensamiento, limite entre la palabra y el entendimiento, gesto en que nos quedamos colgados como polillas a la luz, girando, esclarecidos, asombrados, en "si mismados" y del todo desposeídos... 
¿Qué es lo que sucede? ¿Qué es lo que siendo no es lo dicho?



No harémos aqui el resumen de lo vivido, ni dejaremos establecidas las probables respuestas.
Será quizás una invitación tan sólo a incitar nuevas preguntas, de esas que calan hondo, de esas que no parecen tener respuesta. Esas preguntas que abren un sin fin de emociones y silencios tan adentro que parecemos todo nosotros volcados afuera, o aquellas que nos dejan ante una sensación nueva, totalmente extraña de nuestro cuerpo.


Algo así es el aroma que queda en mi memoria, memoria de pensamientos y sensaciones, de este Taller de Laboratorio Energético: un profundo darme cuenta del límite exacto de mi pensamiento, allí donde la palabra parece decir y no dice nada, o apenas alcanza para compartir retazos de una experiencia.

Gracias a Carlos por abrirnos y ofrecernos este espacio de experimentación, gracias a Francisca y Felix, anfitriones generosos de esta casa al pie de la montaña. Gracias a todos los que participamos de este taller, por nuestro intento intimo en este camino del preguntar profundo y contemplativo.

María Sanhueza Silva
Santiago, 12 de Mayo de 2012.







sábado, 5 de mayo de 2012

Un profundo darse cuenta






¿Qué tan profundo es el estado de dar por sentado las cosas en nosotros? ¿Qué tan auto centrados y ciegos  nos puede llevar a ser? Por ejemplo ahora mismo, mientras escribo esta reflexión, en medio de esta suerte de claridad ¿Que estoy dando por sentado? Como todo ejercicio de expresión, asumo esta escritura como parcial y develadora, más que una mera descripción objetiva de las cosas como son.

Observo que no es posible instalar, recrear y explorar la comunicación verdadera entre nosotros cuando damos por sentado aquello que nosotros creemos, sentimos, pensamos o deseamos. Desde allí se crían y sostienen retoños de abuso, amenaza, mentira, agresión e incomprensión; quizás sutiles en principio y que por lo mismo me revelan lo fundamental de esta reflexión que aquí acuño y comparto. 

Esta reflexión me pregunta mientras la escribo. Me refleja lo que observo día a día en mis relaciones. Me recalca aquello que me parece hoy en día inadmisible en instituciones, comunidades, gobiernos, asambleas y organizaciones varias. 

Si pregunto claramente ¿porqué no se me responde? ¿Si las cosas - cuales quieran que estas sean: emociones, tareas, visiones, condiciones , etc- cambian, porqué esto no se expresa? Me pregunto cuánto hay aquí de temor, que desde otro punto de vista pudiera llamarse cobardía. ¿Cuánto hay de ignorancia de sí mismo, cuanto de pereza... ?

Y ahora mismo te pregunto: ¿Qué estás dando por sentado en tu vida?¿Cómo podemos seguir aferrados a la ilusión de que aquello que vemos, sentimos, vivimos, pensamos o "tenemos" se mantendrá idéntico y sin modificación? Intuyo que es esa suerte de certeza la que sostiene una parte de ese dar por sentado. Y por otra parte una tozuda auto referencia  de que "yo pienso que... entonces..."

¿Qué tiene de vital y presente esta relación con los otros, con la vida? ¿No es acaso una tendencia que refrena lo que se mueve y se transforma? ¿No refleja este gesto del dar por sentado una profunda estructura psíquica, una afán sin tiempo de que las cosas se mantengan como "yo" quiero que sean? Pero aún antes de esto, ¿nos preguntamos cómo son las cosas? ¿Nos preguntamos si el otro piensa, siente, actúa como yo? ¿Nos preguntamos si el otro tiene el tiempo, entendimiento o escucha que yo vivencio?

Si estas preguntas se hacen, mas allá del puro funcionalismo de obtener una respuesta cerrada, si esas preguntas son formuladas constantemente como un ejercicio de atención a nuestras experiencias y relaciones, podemos ser activos y claros en nuestra comunicación. Y mientras escribo reflexiono que es una invitación fundamental en la convivencia el no dar por sentado nada. Por radical que parezca esta proposición ya Krishnamurti planteaba que desde el primer paso la semilla debe ser total y completa para que nos lleve a una transformación real.

Mucho trabajo, un arduo trabajo, el más bello espacio de atención.

María Sanhueza Silva
Limache, Mayo 2012


lunes, 12 de marzo de 2012

Charla Abierta en Limache

Este jueves 15 de Marzo, de 20:00 a 21:30 hrs,  daremos una charla abierta en el Centro Bienstar de Rosa Puga en Limache.
Maria Sanhueza Silva y Carlos Otero Robledo van a abrir un espacio de Conversación Consciente para compartir las propuestas de la Escuela Humano Contemplativa.


Para mas información escríbenos al Mail: escuelahumanocontemplativa@gmail.com

lunes, 13 de febrero de 2012

Práctica Contemplativa del Conocimiento Silencioso


Siguiendo con la escritura del fin de semana en Viña, cerramos el relato con la tercera instancia de convivencia en el Conocimiento Silencioso.

Todo espacio de trabajo de la escuela presenta tres pilares o senderos por donde caminar la experiencia de la conciencia, de modo de relacionarnos con el conocimiento de manera íntegra: 
Relación con el Cuerpo (respiración, posturas, emoción, pensamiento, movimiento y quietud)
Relación con la Contemplación (silencio interno, quietud, atención, percepción)
Relación con la Reflexión (conversación consciente, atención, observación, pensamiento, palabra, convivencia)



En el reconocimiento que estos tres senderos son Un gran camino, aceptando que los límites no son más que predilecciones y proposiciones para hacer volar nuestra creatividad y acordar en el encuentro con otros, espacios de aprendizaje y conocimiento.



Tras haber reconocido el cuerpo, desafiado su estructura y en ello todos nuestros patrones, pasamos a un espacio de conversación consciente, en donde nuestra palabra y nuestra escucha son al tiempo dinámicas y contemplativas, recuperando el espacio de los Círculos Orales de nuestros ancestros, que el fuego ahora esta adentro alumbrando con llama viva lo que vamos conociendo y madurando en palabras y silencios. 



Renovando también la asombrosa Mayéutica de llevarnos unos a otros guiados por  quien ya ha caminado estos senderos, a una reflexión cada vez más profunda de nuestras propias preguntas, a una osada y atrevida forma de dejar de respondernos cómodamente, una y otra vez desde nuestras carencias y límites. Mayéutica que da nacimiento a nuestra libertad y a nuestros sueños, no sin antes deconstruirnos conscientemente.



El trabajo se extiende con la tarde, siguiendo el sol, siguiendo el fluir de personas que quedan y las que se van.


Finalmente el trabajo de la tarde queda configurado sólo por varones, allí tras diversos espacios de exploración renuevan el espacio de conversación bajo un árbol antiguo, una imagen tan ancestral que se manifiesta simple y reconocible, al tiempo que estremecedora.


De lejos, pareciera estar viendo un recuerdo arcaico de seres humanos reconociéndose y creciendo en rededor de un circulo. Sin escuchar las palabras, tan sólo observando esos cuerpos, las miradas y los gestos se percibe el compromiso vital que nos lleva una y otra vez a preguntarnos, a nosotros mismos y a otros: ¿quién soy/quién eres? ¿porqué estoy aquí? ¿para qué estamos aquí?



La profundidad y extensión que estas preguntas toman en nuestra convivencia las dejo en voz y silencio de todos aquellos que han compartido con nosotros a lo largo de este año de talleres, siembras de temazcales, terapias individuales, encuentros internacionales, peregrinajes varios, reuniones de amigos y prácticas solitarias. Allí donde estamos caminando, en el corazón de la existencia, estamos siempre desenvolviendo posibles respuestas, como tejidos infinitos que nos enlanza en cuerpo, mente y emoción, respiraciones que no se pierden por oscuras, silenciosas o solitarias que parezcan.


Crecemos todos en estos encuentros. Agradecemos entonces, al finalizar este ciclo Introductorio al Conocimiento Silencioso en Viña, tantos pasos, tantas y tantos compañeros y el estar atentos siempre a estar comenzando, una y otra vez, como un aprendiz, como un niño que aprende.


Viña del Mar    2012
María Sanhueza Silva