martes, 22 de noviembre de 2011

Sanación Humano Contemplativa

El acceso a lo sutil, a la energía y al universo entero es la Conciencia.



La sanación encuentra su flujo aquí, en una complenitud, y la manifestación más intensa 
de ese espacio de convergencia es la Conciencia misma. 


En ese reconocimiento espontáneo vamos percibiendo el flujo continuo del Silencio Interior, se abre como una puerta por donde atravesamos y viajamos por todas las manifestaciones. En esta relación, cada aspecto con el que hacemos contacto cambia, en radiancia, en estructura, en vibración, en relación.





La sanación es un camino humano, es cuando compartimos el estado de conciencia con la existencia del otro, con todo lo que el otro porta, define o bloquea. Es un encuentro con la totalidad del otro en la propia experiencia. 

Sin necesidad de definir, de catalogar o de idear, la relación completa de lo conocido y lo desconocido nos hace testigos participantes de lo nuevo.

Sanar implica trascender en esta enseñanza, distinto de curar, cambiar la conciencia desde la cual se experimenta uno a si mismo y el mundo. Más que un cambio de paradigma es un cambio en el vivir siendo.



Somos humanos, manos, presencia, co creación, potencial de existencia plena. 



Somos conciencia en experiencia humana, preciada, vulnerable, brillante y única.


Sanar es sanarse, ser sanador es Ser. Conciencia de Ser.


Aprender la enseñanza de la sanación es un recorrido que se desenvuelve en los espacios de la comprensión, la sanación personal, la percepción, el silencio interior y el servicio.

Para aprender a ser sanador uno debe abrirse a considerar cada cuerpo constitutivo como un todo integrado. El sanador, el método y la sanación son uno con el cuerpo, la mente, las emociones y la conciencia del aprendiz. No importa si uno trabaja con sus manos en contacto con el cuerpo de la otra persona, o con su palabra o con su atención e intento directamente. Lo importante a esta enseñanza es que se reconozca la Conciencia de Ser.

Todos los pases energéticos, las palabras y las intenciones brotan del silencio interior, están vacías de expectativas o gratificaciones, es una labor silenciosa, son gestos en el infinito creativo.



La enseñanza se explora, la disciplina se practica y cada aprendiz va hasta donde lo lleve su propio espíritu creativo. Requiere paciencia y perseverancia pues no hay diplomas disponibles a la conciencia, y hay más practica, y mas práctica en vez de información.



Los invito a aprender por el Tiempo y el Espacio que nos toca vivir, a encontrar Aquello, que perdura a través de todos los cambios y transformaciones, y a compartir sanar con otros la propia libre disponibilidad convivida sin aspirar a grados, jerarquías o instituciones, soltando los dogmas y arquetipos personales y sociales para ser co ayudadores y testigos de la presencia del silencio y de la maravillosa manifestación en el encuentro de la sanación.


Carlos Andrés Otero Robledo


martes, 1 de noviembre de 2011

Una Estrella más en el Cielo Estrellado.

Testimonio de la experiencia vivida en el Taller Intensivo "El Sendero de la Conciencia del ser y la Cruz de la Tierra", Viña del Mar, Octubre 2011.




Una más en la tribu.
Una más caminando.
Una más. Como una estrellita en el cielo estrellado.




Desnuda de reconocimientos y lugares predeterminados, ausente de máscaras que escondan lo vulnerable, lo inmenso de la experiencia de estar viva.
Entre las risas y las conversaciones el Silencio.
En medio de los sueños, el bloqueo, y la experiencia clara de cómo se proyectan los temores disfrazados de imposibilidades.
¿Qué hay detrás de lo que no puedo decir?
¿Qué hay más allá del propio silencio?


Competencia y comparación contempladas. Contempladas en el cuerpo, en la risa, en el juego, en el vacío ... en el temblor de no saber qué pensar ni qué decir.
Acechando esta sensación de estar detenida, contemplando el respirarme aprendiendo entre todos.
Una más en el Cielo estrellado, desnudando mi pretensión y las preguntas vacías que se hace el ego.
Pasar el día en experiencias diversas, concretas, difusas ... y la mente, mi mente intentando contestar lo conocido y quedándose muda. ¿Cómo se sana esa mudez?


¿Cómo se caza la inconformidad con lo que es?
¿Cómo?




Ofrenda. Me ofrendo.
Y descubro, me descubro diciéndome que no sé que estoy brillando, que no sé que estoy en medio de un Cielo estrellado.
Entonces me conmuevo.
Entonces escribo un poema que habla de ser sólo lo que estoy siendo 
con ese temblor vulnerable  de este momento.
Este momento único que me regala la Vida a través de la experiencia de otros, de mi propia experiencia y el relato posible e imposible que viaja por los segundos.






La tarde viene y se asoma delicado el frescor.
Soy una más de la tribu.
Una estrella más en un Cielo estrellado.





María   Ka Ahau 

El Sendero de la Conciencia de Ser y la Cruz de la Tierra.


La última experiencia compartida en este Taller Intensivo realizado en ConCon, ese sendero de convivencia viva y develadora, nos abrió el corazón y atenta la conciencia lo siguió en su vuelo ...por ahí la palabra se entretejió en nuestras voces, en lo escrito, en lo soñado.

Y como todo presente es único e irrepetible, esta vez el viaje me mostró la unicidad y valía de esta mirada mía que me acompaña y me refleja. Como ecos dejo aquí puntos de referencia como en un mapa estelar. Las palabras que compartimos, las preguntas con que Carlos nos llamó suave, insistentemente.

Un mapa estelar de imágenes y palabras, sencillas y nuevas como el temazcal primitivo que nos dimos permiso de explorar, como los pasos de niños sobre la hierba sin pensar o mirando nuestro "tanto pensar".

Aquí, como un testimonio dejo lo que resaltó a mi memoria, a mi corazón que se agarraba de la pluma ese día sábado entre lo intangible del viento y mi cuerpo.

¿Qué es lo que verdaderamente aprende de uno?



Ese espacio donde ocurre la transformación, el aprendizaje, es el lugar donde se encuentra el conocimiento y aquello que requerimos.

¿Cuál es ese espacio? 
La conciencia en la experiencia de distinguir algo que está aconteciendo y que me moviliza a exteriorizarlo en un lenguaje.


El encuentro y la concordancia con el otro esta definido por la base en común que es esa experiencia de aprendizaje, no desde el conocimiento ni desde la creencias o ideas que tenemos. En el encuentro, entonces, radica la posibilidad real de convivencia y mutuo reconocimiento.




La diversidad es la que nos hace lo que somos.




Lo que logra la sanación, purificación y transformación es nuestra propia energía y espíritu; por esto toda técnica o disciplina son vasijas a ser llenadas.





El Altar es un ejercicio de conciencia, señala aquello con lo que quiero estar. Despliego una relación consciente con lo que allí deposito, no con las creencias.



En este breve e inmenso convivir de fin de semana, quedó grabado un intento personal y común. Agradeciendo desde lo más hondo y ligero a todos los que participamos en este encuentro los abrazamos dejando colgadas del aire, del fuego, de la tierra y del agua que somos en cada segundo estas palabras-imagenes.



Inmensamente agradecida por todo lo co-creado
María Ka Ahau

miércoles, 26 de octubre de 2011

Las disciplinas son vasijas vacías.



¿Cómo podríamos encontrar el fundamento de la Conciencia en nuestra experiencia si estamos aferrados a alguna promesa?

Nos seguimos equivocando en los mismos recovecos de la mente. 

¿Por qué? 

  Porque no queremos ser honestos y evitamos mirar la totalidad de la experiencia que se despliega ante nosotros. 

  Tan bien nos han adiestrado a ser consumidores, a tan profunda raíz subconsciente ha llegado por generaciones, que no lo cuestionamos radicalmente sino y sólo a veces, en las ideas, en ese discurso auto generado, en ese diálogo interior. A ese cuestionamiento le llamamos rebeldía, espíritu de guerrero; en fin, tantas cosas. Pero llega solo hasta ahí. Una vez que ha encontrado una idea a la cual subscribirse, un maestro al cual seguir o un estilo de vida que vivir, toda esa mal llamada rebeldía se transforma como por arte de magia en una convicción por ideales, en donde inmediatamente la experiencia directa se deja de lado en pos de una serie de experiencias pre diseñadas con diferentes nombres, siempre sugerentes y abrasantes; siempre en esa lid de intentar resolverlo todo en una técnica, una religión, un personaje, etc.

  Aparecen entonces las disciplinas que consiguen el conocimiento del universo en x días o repeticiones, sobre ciertos ayunos u obediencias; los apuntes sobre el como dormir, comer, hablar, tener éxito en los negocios. Aparecen también, los que hacen las cosas por uno: los limpiadores de energías, los liberadores, los dioses encarnados que aman a la humanidad y se sientan humildemente en sus tronos a bendecirnos y darnos un aceleramiento espiritual, los seres superiores, cósmicos, multidimensionales; los dioses que nos dicen que somos dioses y nos ponen a crear nuestra propia realidad. Y la lista sigue y sigue.

  Hay un miedo intrínseco en esto, un lugar en nosotros mismos en donde no queremos entrar, donde no queremos mirar. Es ese lugar en donde ocurre el derrumbe de esa persona que quiere ser especial, y ser especial incluye el hecho de estar con una persona que fue o es especial.

  El camino espiritual es la vida humana y la experiencia espiritual es profundamente transformadora;  no se detiene en la experiencia especial, ni en la idea ni en la forma. Quiero decir con esto que tampoco nos asegura nada el hecho de vivir una experiencia espiritual de ningún nivel, si es que eso existe. Esas experiencias son nuestra estrella guía, nuestra inspiración. Y una vez vividas queda Todo lo Demás. 

¿Qué es esto? 

  Nuevamente la vida humana, ahí está la experiencia realizadora. Entonces es cuando debemos indagar aún más y desafiar cada uno de nuestros mapas cosmológicos, porque cada vez que concretamos una teoría, por más cósmica que sea, sólo estamos haciendo un trazo en el infinito; la única forma de encontrarle sentido a ese trazo es volverse miope mirándolo.

¿Pero quién quiere conocerse a tal profundidad? 

  Nos atemoriza cuestionar o investigar cualquier precepto que se nos entrega y hay algunos que para variar ni los tocamos: 

- perfeccionar, perfección, perfecto.
- correcto, incorrecto
- pureza, impureza
- maestro, discípulo, disciplina, maestría
- amor, libertad, comunidad
- linaje, jerarquía, poder
- ser superior, verdadero ser

  No importa donde nos escondamos, podemos intentar dejar pendiente la tarea fundamental a través de cualquier medio, pero esa tarea nos va a encontrar frente a frente, pues no es una tarea para algunos privilegiados o con buen karma, el camino espiritual es la vida humana. 

  El tremendo impacto de este sentirse, es sentir todo lo humano. Nadie puede validar la experiencia espiritual de otro en realidad, pero la necesidad hace al oportunista. No es sino en el convivir completo y abierto, sin distinción ni privilegios, en donde se despliega nuestra verdadera realización, y esto incluye errores y aciertos, arrogancia y humildad por donde vamos entrando y saliendo para revelarnos. Sólo la disposición sincera nos hace navegar ese mar, que a veces es tormenta, con una aceptación completa. 

  El sentido de ser o querer ser perfecto, exitoso, humilde, etc.;  es un sentido de posesión producto de la personalidad pre construida socialmente desde la infancia, no es la expresión de esa personalidad frugal e intensa que pasa a través de todo y contempla la experiencia de vida como la máxima realización.

  Todas las disciplinas, filosofías, técnicas, creencias o cosmologías son vasijas vacías, están ahí para ser llenadas por la completa intensidad de vida del aprendiz y de su propósito en acción, es eso lo que les da un sentido. No hay ninguna ceremonia que te pueda limpiar o sanar, o acelerar tu crecimiento espiritual, ninguna técnica que te pueda liberar, ni maestro que te pueda cruzar a la otra orilla.

  Básica y curiosamente, lo que no queremos aceptar, es que todo eso lo tenemos que hacer nosotros mismos por la constante expresión de nuestro propio propósito, y  si eso es cierto, entonces es que podemos hacerlo. Pero si vamos por esta tarea con algún tipo de expectativa de conquista, reconocimiento o de éxito nos vamos a quedar probablemente atrapados en alguna manifestación creativa de nuestra experiencia de la conciencia. Luces, seres, recuerdos de vidas pasadas, maestros astrales, etc.

  Un aprendiz no acepta ni necesita aceptar al maestro ni a sus palabras, lo que acepta es la tarea del maestro. Y esto es porque encuentra profunda resonancia entre esta pregunta y su propio ímpetu. Por el otro lado, el maestro, que tiene una labor circunstancial, no espera nada de él mismo ni del aprendiz en relación al aprendizaje, porque él está al servicio del aprendizaje no de las personas ni de su persona. Cada vez que aparece el ímpetu y la conciencia del aprendizaje, este maestro esta ahí para incomodar, sí, incomodar la nueva posición o tendencia a crear una teoría de su propia experiencia o de la del aprendiz e inspirarlo a ir más allá, siempre más allá. No se trata de corregirlo sino de desafiarlo. 

  Desde esta experiencia completa del ser humano, en su extrema limitación, vulnerabilidad e incertidumbre frente a la naturaleza del infinito y el universo, estamos reconociéndonos en aquello que buscamos, ahí somos el camino. Dejarlo hasta aquí sería fácil y poético. Saltarían de alegría entonces los flojos y auto complacientes diciendo: soy el camino, soy el camino!!!!!! Ahhhhhh, a esto me refiero con que todo va a depender de la sinceridad y el ímpetu de tu propia búsqueda esencial. Si este ímpetu está, la aseveración de que somos el camino va a desplegar inmediatamente todo un campo a explorar en la conciencia: 

¿quién es ese que es el camino?.

  Y el camino espiritual está siempre empezando, en el sentido de que no hay currículos que sirvan al propósito de la existencia.

Carlos Otero Robledo.



martes, 11 de octubre de 2011

Despertar es saber que se ha estado dormido.

Reconocer la conciencia espontánea derroca el culto a las personalidades. 

La exploración de la naturaleza de la conciencia no es propiedad de ninguna institución. 

Se requiere de profunda confianza en la propia naturaleza esencial el dejar las validaciones, las palabras, y las cosmologías de otros para entrar de lleno en la experiencia de la vida y descubrir que en ella nunca a faltado nada.

No se trata de crear otra disciplina (energética, espiritual o lo que sea), se trata de dejar la promesa, la expectativa y la creencia de que la espiritualidad se gana, se conquista o se concede. 

La espiritualidad ÉS, todo lo demás son trucos que aceptamos porque deseamos ser especiales.

lunes, 3 de octubre de 2011

Laboratorio Energético en la Escuela Humano Contemplativa


Intuiciones Preliminares.
…primer mes del Laboratorio Energético, en la exploración de la Conciencia de Ser.



Cuatro personas, dos mujeres y dos hombres, en un living despejado de muebles en una casa tranquila a eso de la hora del crepúsculo.

A la luz del atardecer mostrándose como sutilezas en nuestras retinas, sentados sobre la alfombra comenzamos el devenir de esta exploración.

Casi por coincidencia nos miramos y sonreímos en silencio.

En ese único gesto puedo ver el propósito de todo esta semilla que recién plantamos. Intuyo que quizás ya está todo ahí – aquí y una paz merge en mí y entonces sé que cada palabra, cada movimiento y momento va a ir en pos de esa indagación fundamental, de ser testigos de que somos testigos, de la vida como el parpadeo de las estrellas, está y no está, pero todos quedamos prendidos en una constante infinita.

Estamos como en otrora, no empezamos por los libros ni por los maestros, comenzamos por nuestra experiencia y viajamos por ella para dar cuenta y compartir.

¿Dónde más podríamos estar?

Testimonios:

“Hola Carlos,
Gracias por los Laboratorios.
Es lindo comprobar que la percepción y la consciencia pueden ejercitarse en un ambiente de amigos, donde ha sido posible reconocer y compartir naturalmente lo que nos ocurre en los ejercicios.
Más allá de cualquier camino o procedimiento siento que estas meditaciones, contemplaciones o prácticas, permiten remitirse a la experiencia que vive cada uno, una práctica del presente.
Saludos”
Félix


“La experiencia del espacio del Laboratorio ha sido muy plena, en el sentido de que las vivencias de tan sólo dos sesiones me han permitido reconocer y distinguir dimensiones internas muy diversas, y que han ido llenando de sentido mi vivir  cotidiano.

En principio he podido distinguir el espacio de la percepción sutil a nivel de mi cuerpo y cómo esa relación más fina me va volviendo más consciente de la infinita gama de sensaciones y percepciones con las que me acerco al mundo. Junto a este espacio he podido reconocer y observar los patrones de pensamientos y emociones que estas sensaciones y percepciones desencadenan.
 Al darme a este momento de exploración y compartirla con otros, el proceso de "darme cuenta" se vuelve más intenso al mismo tiempo que novedoso, gracias a las palabras y percepciones de mis compañeros. 

Reconozco en este Laboratorio la cualidad de una exploración, que gracias a la propuesta de Carlos, se manifiesta profunda y sencilla, permitiendo que el mundo interno, con todas sus abstracciones y complejidades, se vaya volviendo reconocible; o que se haga palpable a mi consciencia.

Esta experiencia se ha ido enraizando en mi practica diaria, dándome referentes simples y vivos de lo que es ir caminando el despertar de la conciencia más allá de los dogmas, doctrinas y religiones que han sido hasta ahora las portadoras de este tipo de conocimientos. Aquí se practica el conocer en la acción honesta de explorar-se, por lo que lo que se conoce se vuelve experiencia y no información vacía.
  
Agradezco este espacio, por su sencillez y respeto a lo que cada uno de nosotros va reconociendo de sí mismo, siendo también un lugar pleno de descubrimientos pequeños e inmensos, extraordinarios y cotidianos.
Muchas gracias.”
Maria 

miércoles, 31 de agosto de 2011

Laboratorio Energético




Escuela Humano Contemplativa
Inicio de clases.


El Entrenamiento de la Cruz del Sur y los Gestos del Vacío.


El Martes 06 de Septiembre vamos a dar inicio a un laboratorio energético de entrenamiento y exploración de la conciencia desde las técnicas propias de EHC.

La esencia de este entrenamiento es reconocerse Conciencia de Ser, fundarse profundamente en el Silencio Interior y así abrir un acceso directo a toda nuestra memoria energética, recursos y virtuosa originalidad del Conocimiento Interior.

El entrenamiento congrega en una sola acción los cuatro fundamentos basales del aprendizaje de la Conciencia de Ser : Atención – Silencio Interior – Intento – Estabilidad.

La energía interna propia de estas tecnologías y el Intento permiten que sea una práctica totalmente liberada de cualquier adoctrinamiento.

Es el entrenamiento para los precursores, los exploradores y los viajeros de la conciencia.

El corazón de esta práctica vibra en el Conocimiento Silencioso.

Su objetivo es liberar el patrón energético impuesto de los tiempos, y permitirnos expresar nuestro verdadero propósito consciente.

Los ejercicios coordinan todos los cuerpos constitutivos:
Cuerpo tierra - físico, Cuerpo del aire - mental, Cuerpo agua - emocional y Cuerpo del fuego - energético.

Los ejercicios cumplen con el equilibrio de la polaridad:
Dinámico – Estático
Despliegue – Repliegue
Externo – Interno
Cielo – Tierra

Esta forma de entrenamiento tiene la cualidad de ir cambiando la configuración energética que se ha formado producto de una manipulación perceptual impuesta, que es reflejo de los tiempos que estamos viviendo socialmente. Así, va transformándola paulatinamente al cause del propósito ulterior del Ser Humano –realizar un Cuerpo Solar- que a los videntes se les aparece como una configuración estrellada y radiante, de iridiscencias prismáticas como el arcoíris. Este Cuerpo Solar contiene una pulsación en su interior que, en su plena radiancia, crea reverberancias por toda la galaxia.

Facilitador: Carlos Otero Robledo
Valor: $30.000 el mes.
Días de práctica: Martes y Jueves.
Cupo: 6 personas.
Lugar: Comuna de La Reina.
Horario: 19:30 a 21:00 hrs.
Recomendaciones: última comida hace tres horas al menos. Vestir rópa para hacer ejercicios, los que quieran pueden traer una frazada para cubrirse durante la práctica contemplativa. Mucha dispocición a la práctica personal.
Contacto: 8 229 59 01

martes, 2 de agosto de 2011

El aroma de la Con Vivencia: Taller Camino del Guerrero y La memoria de las Piedras Sagradas en Casablanca


La voz del sol ya aparece en Casablanca, arribamos al lugar donde nacerá este nuevo vientre, temazcalli, mientras la bruma besa los cerros y los ojos de todos. Mañana de un día sábado de Mayo con 20 seres, recordándonos los 20 nahuales mayas, abuelos viajeros del tiempo, expresándose en la comunidad de acordar y construir.

La faena avanza, hombres y mujeres de fuego, de agua, de aire, de tierra; se dan al milagro de convivir un propósito, levantar un temazcal de sueños y limpieza. En voto de silencio avanzamos construyendo altar, fuegos, temazcal y lugar de práctica; el camino del guerrero se traza en el hacer conviviendo, en la observación presente de si mismo y de la Naturaleza que nos acoge y nos habla.














Tres mujeres rezamos, cantamos, acallamos, endulzando el fuego del altar. Otras manos anudan, cortan leña, trazan círculos en la tierra madre para ir levantando cada curvada expresión de esta antigua forma de reunión y sanación que es el temazcal.



El sol avanza dándonos su calor.

El silencio es lo único que nos acompaña,  para que gestemos nuestro espejo de obsidiana, para que nos miremos con la piel y las entrañas, para que reconozcamos nuestra comunión con el Universo, para hacernos simples como las piedras. Los espacios ya están listos para la práctica, cada uno en su tarea contempla, trabaja, dirige, ayuda. Vamos  andando el camino de las piedras sagradas de nuestros corazones que se encenderán y arderán en su intento perenne de luz y calor.



El temazcal ya ha sido levantado por manos humanas, de hombres y mujeres, que anudaron el vientre, enlazando el intento, recuperando el círculo sagrado de reunión,  viajamos en el silencio de hacernos sencillos.



Aprender es volverse accesible a las nuevas relaciones, a los conocimientos. Más que la habilidad de un maestro, tiene que ver con la disposición de observar y abrirse a la posibilidad de transformarse. No hay nada que descartar de la observación, toda pregunta debe ser portada.











La atención y el intento están en  entablar relaciones con las cosas, si vivimos en comunidad vivimos en la Tierra, y entonces el desafío es relacionarnos con los 4 elementos que la conforman: Tierra/ Agua/ Aire/ Fuego. Esta relación con todo lo que Es está dada por la convivencia profunda y la aceptación de aquello que aparece en esa relación consciente.
















Podemos vivir nuestra relación con la naturaleza más allá del tradicional “paseo” por ella, vamos despertando a la consciencia profunda de que convivimos en y con ella, somos también conformados por los cuatro elementos, caminamos continuamente sobre ella, sostenidos por la Tierra en todo momento, refrescados y limpiados por el Agua cada día, vibrantes de canto y aliento de Aire segundo a segundo ...viajando en el invisible Fuego.



La abuela Fabiana nos recuerda, en otro fuego, en otro tiempo: “las piedras son los oidos de la madrecita Tierra, todo aquel que las porte debe recordarlo, la madrecita le está escuchando en todo momento... atención entonces a tus palabras”


El ser portador existe al hacerse consciente de la relación con algo –una piedra, un sueño, una misión-, siente que  estás siendo el portador de algo. Una vez que se entabla esta relación, es una relación de mutuo apoyo. Lo que surge de allí es porque uno ha entablado una relación consciente, por eso se produce el intercambio y la piedra –el sueño, la misión, el camino- “funciona” o más bien se manifiesta.














En medio del trabajo con el temazcal y el Silencio, en medio del recuerdo de las piedras y los abuelos, recuperamos nuestra relación con el cuerpo, con nuestro cuerpo en movimiento, soprendido por su propia habilidad, más allá de la edad o la destreza, vamos dejando que los ejercicios planteados se introduzcan en el cuerpo, no forzamos nada, ponemos nuestra energía como un juego de niños, un juego que se juega en serio, movilizando nuestra atención, nuestro intento, nuestra respiración... a saltos como de animales nos alineamos con este cielo, nos hacemos alquimia de energía sin tiempo.



Cuando llega el atardecer, las abuelas piedras abren sendos corazones de fuego y nos dicen que ya es momento, el vientre despierta a su calidez en donde compartimos nuevamente, un renacimiento. En la oscuridad y el silencio compartimos ese viaje sencillo y milenario a nuestra memoria humana de recreación, de reconocimiento en todo lo que nos rodea, en la semilla que somos una y otra vez sobre esta tierra.




Este vivenciarnos como humanos en un compartir común de creación y aprendizaje, tuvo el sabor de recuperar la inocencia, realizándonos profundamente en lo sencillo de cuidar un fuego, recoger leña, compartir el silencio, caminar por el cerro. Descubrir y portar con libertad y alegría lo que somos, es ser todos nuestros registros humanos al tiempo, niños felices de saltar y desafiar su cuerpo, jóvenes conmovidos al ver la tarea compartida y percibir el regocijo del corazón, adultos plenos y confiados de su comunidad humana y ancianos dulces y sabios, abiertos y receptivos a la sabiduría de reconocer que todo es parte de la vida.




¡Cuánta fortuna de compartir esta vivencia!¡Tamaña alegría de vernos a todos en este fluir! Cada uno sosteniéndose de pie sobre la madre, de cara al padre luminoso, sencillo y total.

Hasta compartir el alimento fue un revivir esas antiguas formas, con libertad sin más ceremonia que el disfrute y la convivencia.


¿Habrá sido el Silencio lo que nos ayudó a vincularnos tan claramente?

por   María Ka Ahau María