martes, 1 de noviembre de 2011

Una Estrella más en el Cielo Estrellado.

Testimonio de la experiencia vivida en el Taller Intensivo "El Sendero de la Conciencia del ser y la Cruz de la Tierra", Viña del Mar, Octubre 2011.




Una más en la tribu.
Una más caminando.
Una más. Como una estrellita en el cielo estrellado.




Desnuda de reconocimientos y lugares predeterminados, ausente de máscaras que escondan lo vulnerable, lo inmenso de la experiencia de estar viva.
Entre las risas y las conversaciones el Silencio.
En medio de los sueños, el bloqueo, y la experiencia clara de cómo se proyectan los temores disfrazados de imposibilidades.
¿Qué hay detrás de lo que no puedo decir?
¿Qué hay más allá del propio silencio?


Competencia y comparación contempladas. Contempladas en el cuerpo, en la risa, en el juego, en el vacío ... en el temblor de no saber qué pensar ni qué decir.
Acechando esta sensación de estar detenida, contemplando el respirarme aprendiendo entre todos.
Una más en el Cielo estrellado, desnudando mi pretensión y las preguntas vacías que se hace el ego.
Pasar el día en experiencias diversas, concretas, difusas ... y la mente, mi mente intentando contestar lo conocido y quedándose muda. ¿Cómo se sana esa mudez?


¿Cómo se caza la inconformidad con lo que es?
¿Cómo?




Ofrenda. Me ofrendo.
Y descubro, me descubro diciéndome que no sé que estoy brillando, que no sé que estoy en medio de un Cielo estrellado.
Entonces me conmuevo.
Entonces escribo un poema que habla de ser sólo lo que estoy siendo 
con ese temblor vulnerable  de este momento.
Este momento único que me regala la Vida a través de la experiencia de otros, de mi propia experiencia y el relato posible e imposible que viaja por los segundos.






La tarde viene y se asoma delicado el frescor.
Soy una más de la tribu.
Una estrella más en un Cielo estrellado.





María   Ka Ahau 

1 comentario:

  1. Poesía hay del horror y la caricia, de la soberbia y la dignidad, de locura y sabiduría. La poesía no es extraordinaria sino común, y ni en si para el bien o para el mal. Aquí, sin embargo, asistimos a donde la balanza se carga hacia el polo de la experiencia desnuda, belleza viva, valiente en su precariedad, gigante en su pequeña respiración. Veo mi presente pasado y futuro entre esta palabra erguida y compartida. Poesía cuyo valor no es simplemente literario, sino humano contemplativo. Eso siempre se agradece!

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